
La declaratoria mundial la dio a conocer la UNESCO durante la XXV sesión del Comité de Patrimonio, del 11 al 16 de diciembre de 2001 en Finlandia, pero la historia de ese santuario cubano de la biota comenzó mucho antes, cuando en la década de 1960 surgieron las primeras Reservas Naturales creadas por la Revolución para dar estricta conservación a sitios de alto valor ecológico.
Con esa categoría en el nororiental macizo Sagua-Baracoa se atesoraron desde entonces los parajes conocidos como Cupeyal del Norte, Jaguaní, Alto de Iberia y Yamanigüey, y a fines de los 80 se sumó Ojito de Agua, en condición de Refugio de Fauna para proteger al Carpintero Real, en 1987 avistado allí por última vez en la Isla, comentó a la ACN el experto Rolando Villaverde López.
Recordó el especialista de la guantanamera Unidad de Servicios Ambientales que una década después esas áreas se unieron para conformar el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, el cual fue ratificado como tal, legalmente, en 2001, por el acuerdo 4262 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba.
Ahora, tres lustros más tarde, muchos son los resultados que a sus trabajadores regocijan, incluidas decenas de reconocimientos por la excepcional gestión preservadora, entre ellos el Premio Nacional de Medio Ambiente (2008), y el de Conservación de Patrimonio (2011).
En estos 15 años su superficie terrestre elevó la cubierta forestal de 78 a 85 por ciento, gracias a la labor de sus expertos y técnicos, orgullosos protectores de las más de 70 mil hectáreas de esta gran vitrina natural, uno de los lugares insulares y tropicales del orbe con mayor biodiversidad, tal como valoró la UNESCO cuando en Helsinki la declaró Sitio Natural de Patrimonio Mundial.

Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales