Fidel Castro: ” No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica…”

Guantánamo.-  « No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla! ». 

Así dijo el lider de la Revolución Cubana Fidel Castro ante el pueblo que, en la Plaza de la Revolución “José Martí” asistió el 15 de octubre de 1976 a la despedida de duelo de los 57 compatriotas víctimas  del sabotaje, nueve días antes, a un avión que viajaba de Barbados hacia Cuba.

El crimen fue orquestado en Caracas, Venezuela, por los terroristas de origen cubano, Luis Posada Carriles y Orlado Bosch. Ellos, emplearon a los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo, para que colocaran  las bombas dentro del avión.

Amparados y entrenados por la CIA, estos asesinos a sueldo son los responsables confesos del atentado donde perdían la vida 73 personas:  11 jóvenes guyaneses, cinco funcionarios de la República Popular Democrática de Corea.

Lo acompañaban además, 57 cubanos y 16 esgrimistas del equipo juvenil, con sus entrenadores, quienes regresaban a Cuba  tras conquistar todas las medallas de oro del cuarto Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima, celebrado en Caracas, Venezuela.

«! Tenemos una explosión a bordo, estamos descendiendo inmediatamente!… ¡Tenemos fuego a bordo! ¡Solicitamos aterrizar de inmediato! ¡Tenemos una emergencia total!». Así dijo el capitán del vuelo, el piloto Wilfredo Pérez Pérez, a través de la radio.

A partir de ese momento, el avión inició un descenso rápido, mientras los  pilotos trataban de llevar la aeronave de regreso al Aeropuerto de Seawell,  pero el equipo, ardiendo y casi destruido, solo pudo permanecer en el aire unos minutos más.

Sin embargo, contaron con el tiempo y la entereza suficiente para explicar que había ocurrido una explosión a bordo, que la nave ardía e intentaban regresar a tierra. Es inimaginable el drama que tiene que haber significado para los pasajeros y los tripulantes la explosión y el incendio encerrados en una nave aérea a una altura aproximada de 6 000 metros.

El 6 de octubre de 1976, estos atletas y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, dijeron adiós a la vida en plena flor de la juventud.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *