Guantánamo.- Desde el 26 de febrero de 1962 hasta la fecha, Cuba ha aplicado casi 85 millones de dosis de la vacuna contra la poliomielitis, enfermedad viral aguda, cuya gravedad varía desde una infección asintomática hasta fiebres inespecíficas, meningitis aséptica, parálisis irreversibles y muerte por asfixia.
Aunque hoy se considera prácticamente erradicada, tres países continúan reportando casos; Nigeria, Afganistán y Pakistán.
Fue Jonas Salk, quien dirigió el primer equipo para desarrollar una vacuna contra la polio, por su parte Albert Sabin desarrolló la antipoliomielítica oral, hoy generalizada en todo el mundo.
Desde hace más de medio siglo, Cuba fue el primer país de América Latina que pudo proclamarse, en 1962, libre de este flagelo causante de invalidez y muerte. Resultado de las masivas campañas emprendidas por el gobierno revolucionario.
Los casi 85 millones de dosis del inmunógeno en nuestro país, permite que la población menor de 62 años está protegida contra una dolencia que antes del triunfo de la Revolución en 1959 constituía un grave problema de salud.
En esa época sólo estaban eliminadas dos enfermedades prevenibles por vacunas: la fiebre amarilla, en 1908, y la viruela en 1923. Ocurrían unos 300 casos de parálisis poliomielítica, como promedio anual.
La estrategia desencadenada por la dirección del gobierno y las autoridades sanitarias, con el apoyo de las organizaciones de masas permitió la continua disminución del mal hasta lograr su total eliminación.
El 9 de abril de 1995 la nación caribeña recibió el Certificado de Erradicación de la Poliomielitis de manos de funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Comisión Internacional de la Erradicación de la Poliomielitis en el Mundo.
Pero no fue solo la polio, en Cuba también se han erradicado otras enfermedades infecciosas: paludismo, tosferina, rubéola, tétanos neonatal, difteria, sarampión, síndrome de rubéola congénita y meningoencefalitis posparotiditis. Además el tétanos, las infecciones por Haemophilus influenzae tipo B, hepatitis B y meningitis meningoccócica reportan tan bajas tasas de incidencia que dejaron de constituir un problema sanitario.
Gracias a la voluntad política del Estado y al perfeccionamiento del programa cubano de inmunización, que cuenta con 11 vacunas -ocho de ellas de producción nacional- los niños están protegidos contra 13 afecciones prevenibles, una realidad que solo se puede palpar en una sociedad como la nuestra.