
(Copyright Periódico Granma)
Hoy estamos justo a un mes de que se encienda la llama de los trigésimo terceros Juegos Olímpicos, en París, la ciudad que se convertirá el próximo día 26 en la segunda urbe, después de que lo hiciera Londres, en hospedar tres veces la magna cita del deporte mundial. Allí, Cuba no ha renunciado a mantenerse entre los 20 primeros pabellones nacionales.
Tal propósito acaba de ser confirmado por las autoridades del movimiento deportivo. Se trata de no renunciar a seguir creciendo en una colosal obra creativa y de resistencia, frente a los recrudecidos intentos de su enemigo histórico, Estados Unidos. El bloqueo económico, comercial y financiero de esa potencia mundial contra una pequeña Isla, además de genocida, porque intenta matar por hambre, es ridículo y estéril. Los atletas cubanos y sus triunfos se lo han demostrado.
Por esa política, que abarca la inclusión de la Mayor de las Antillas entre los supuestos países patrocinadores del terrorismo y las 243 medidas coercitivas, conducidas desde el propio Gobierno, es que la ínsula irá con una de sus delegaciones más pequeñas en los últimos 50 años.
Casi cien deportistas cubanos han emigrado, tras las presiones causadas por esa hostilidad, a lo que se le une, como parte del plan, la persecución de atletas, la cual ha llegado a tipificarse en el delito de tráfico de personas, incluso en reuniones multideportivas, como ocurrió en 2007, en los Panamericanos de Río de Janeiro, con una componenda mafiosa para sacar a los boxeadores cubanos de la sede. Sin embargo, el del tejado de vidrio incluye a este país en otra trasnochada lista o informe sobre la trata de personas. La nueva megamentira intenta justificar su hostilidad.
Cuba no dejará de denunciar los atropellos contra ella o contra cualquier otro pueblo, pero no va quejándose ni amparándose en ello, asume el reto y, como siempre, desafía las circunstancias. Esa es la razón por la que se ha propuesto tan alta cota, la cual ha mantenido, ininterrumpidamente, desde la edición de Munich-1972.
Lo emprenderá, como máximo, con unos 60 deportistas. Hoy tiene ya a 47, entre los cuales casi una veintena cuenta con posibilidades de podio, y entre cinco y seis, en lo más alto del estrado de premiaciones.
Unas cinco medallas doradas es el cálculo para el caro propósito. Desde la justa de Montreal-1976, las comitivas de este pedazo de Caribe han obtenido cinco o más lauros de ganadores, excepto en Beijing-2008, que con tres lograron el lugar 19, sosteniéndose en la veintena vanguardista.
Además, en las últimas cinco ediciones, las representaciones con ese número de coronas se ha asegurado un puesto en ese destacado espacio, entre más de 200 delegaciones.
Pero Cuba, además de ir por una nueva hazaña, también podría conseguir varias pautas en París-2024. Veamos qué van a buscar sus héroes y heroínas en la Ciudad Luz.