Guantánamo.- Fieles al apotegma de que en la unidad está la fuerza, trabajadores de la Unidad Básica Viales de Montaña, pertenecientes a la Empresa Constructora Militar Número Uno de Guantánamo, emprendieron el primero de marzo último la rehabilitación y mantenimiento de la carretera Jamal-La Tinta-Cantillo y hoy están a horas de concluir la encomienda, adelantándole alrededor de 70 días al cronograma de ejecución.
La tarea se planificó para terminarla el 31 de julio, pero los constructores decidieron adelantar su final para evitar complicaciones con la llegada del periodo lluvioso.
Con ese objetivo, no pocas veces extendieron la jornada laboral por más de 12 horas diarias, renunciaron a algunos pases y desde finales de abril sumaron a la tarea una segunda brigada de movimiento de tierra que, aunque procede de Santiago de Cuba, pertenece a la unidad básica guantanamera.
Este último colectivo labora en el tramo Jamal-Veguita Prieta, sitio en que debe topar con la brigada del Guaso, iniciadora de los trabajos en Cantillo, precisa Andrés Noa Rubio, jefe del grupo técnico productivo.
La rehabilitación y mantenimiento del serrano camino de 37 kilómetros de extensión, preñado de curvas y pendientes peligrosas, como las lomas de El Pino, El Naranjo y Capiro (esta última de kilómetro y medio de largo), requirió el tiro de alrededor de 100 000 m³ de tierra para levantar el terraplén, que en los tramos más deteriorados demandó de entre 30 y 40 centímetros de altitud, reseña Wilfredo Lorente Fernández, jefe de la brigada guantanamera.
“Gracias al accionar de estos constructores —indica Ramón Castañeda Rodríguez, intendente de Vialidad en Maisí—, hoy es posible llegar con un Lada desde Cantillo hasta más allá de La Tinta (trecho que hasta hace poco tiempo solo cubrían vehículos de doble o triple tracción) y cuando termine la rehabilitación del vial, cualquier auto podrá completar la travesía hasta el mismo Jamal.
“Ahora nos toca a nosotros, maisienses y baracoenses de estas zonas, mantener la transitabilidad mediante el trabajo de las brigadas manuales”, asegura Castañeda Rodríguez para precisar que Maisí cuenta con tres de esos colectivos en el tramo de la vía que corresponde al municipio, es decir, entre Cantillo y Veguita Prieta.
Por su parte, Jesús López Carcasés, presidente del Consejo Popular La Tinta (el más intrincado de Maisí), pondera la importancia de la reparación del camino, a partir del incremento del tránsito de vehículos y la transportación de personas y mercancías.
Este vial de interés nacional parte de Jamal y pasa por las comunidades de La Alegría, Mosquitero, Capiro, Picoteo, Veguita Prieta, Yumurí, Guajimero y La Tinta, hasta llegar a Cantillo, recorrido ambientado por plantaciones de coco, cacao, café, especies forestales y sembradíos de viandas como plátano, ñame y malanga Xanthosoma.
Principal enlace entre los municipios de Baracoa y Maisí hasta principios de los 80 de la pasada centuria (cuando se pavimentó con hormigón hidráulico el que serpentea por la costa norte, atravesando la imponente cuesta de La Boruga, hasta llegar a La Máquina), esta carretera cuenta con cuatro pequeños puentes y unas 30 obras de fábrica, expresión de su abrupta topografía.
MI SUEÑO FUE SER CAMIONERO
La belleza de estos lugares, junto al agradecimiento de las familias campesinas por la labor que realizamos, nos motiva a no reparar en horario y a trabajar con calidad para que la vía se conserve en buen estado el mayor tiempo posible, comenta Ariolvis San Miguel Ramírez, el más novel de los choferes de la brigada guantanamera.
“Restañar caminos serranos es una labor dura, por las exigencias propias del trabajo, por estar uno largo tiempo distante de la familia y vivir en albergues. Aun así siento que estoy en lo mío, en lo que me gusta, pues mi sueño fue ser camionero y desde hace tres meses lo soy.
“Claro, hay que decir que el sacrificio es recompensado con un buen salario y que el colectivo, por su armonía, sustituye en parte a la familia que por momentos nos falta”, relata con locuacidad este vecino del barrio Los Cocos, en el municipio de Guantánamo.
Dispuesto a enfrentar cuantas tareas constructivas vengan, dice estar Rolando Pérez Rojas, al igual que Ariolvis, conductor de un Kpa-3, al cual juzga como un “hierro” idóneo para el tiro de tierra, por su fortaleza y durabilidad.
Camionero hace 16 años y vecino de 14 Sur entre 7 y 8 Oeste, en la ciudad del Guaso, Pérez Rojas lega a sus tres hijos su ejemplo de disciplina y consagración al trabajo, cualidades que lo distinguen como uno de los constructores destacados de su aguerrido colectivo.
VÍA MULATA, EL PRÓXIMO OBJETIVO
Noa Rubio explica que apenas concluyan los trabajos en Jamal-La Tinta-Cantillo, las dos brigadas se incorporarán a la reparación del tramo de 65 kilómetros de la Vía Mulata entre Paso del Toa (Baracoa) y la loma de El Cilindro (Yateras), considerado el más difícil de esa monumental carretera, rehabilitada en parte en el 2014.
Mientras la unidad básica de la Empresa Constructora Militar Número Uno se responsabiliza con las mencionadas tareas, trabajadores del Micons remedian tramos del vial Guantánamo-Sagua de Tánamo, uno de los más deteriorados del país.
Este año deben beneficiarse 21 kilómetros de esa ruta, específicamente en los trechos comprendidos entre las proximidades de Sempré hasta Guayacán, y desde Alto de Juan Pons hasta la comunidad de Limonar, detalló Francisco Hernández Guibert, vicedirector del Centro Provincial de Vialidad.
Como continuidad de los trabajos de los últimos años en los viales de montaña de esta oriental provincia, también se interviene en la vía Cajobabo-La Máquina-Punta de Maisí, puntualmente en la reparación del puente de Caleta, en la alcantarilla de La Cana y en la pavimentación de unos 350 metros de calzada en la comunidad Los Llanos.

Licenciada en Español – Literatura. Periodista. Profesora Asistente. Habilitada en guión y realización de programas de TV. Editora del sitio digital de la televisión de la provincia de Guantánamo. Bloguera y activista de las Redes Sociales