Estallar  la retórica y el inmovilismo

 

.- Preocuparnos por combatir, a cada instante y desde el puesto de trabajo, los inanimados y esquemáticos modos de actuación  y retóricos lenguajes, debe ser una constante en lo individual de cada obrero o directivo de este país; sólo así podremos avanzar en la actualización del modelo económico cubano, tarea imprescindible para hacer perdurable nuestro proyecto social.

Con frecuencia asistimos a reuniones de diferentes organismos donde lamentablemente aún pululan personas que hablan con mucha redundancia y retórica, u otros que lamentablemente casi todo intentan justificarlo.

En diversos escenarios vemos a muchos “responsables” de determinadas tareas  asistir con la cabeza mientras repiten “correcto, correcto; positivo, positivo” o escuchamos decir: “Medidas adoptadas, doblegar los esfuerzos, vamos a evaluar, vamos a diagnosticar, vamos a reproyectar en aras de…”

Están también los que ante los señalamientos de sus superiores enseguida acuden a las archiconocidas respuestas: priorizaremos con un nivelito de esto y de aquello, y  evaluaremos con “prontitud”.

Pero lo peor es que ese retórico lenguaje, llega a envolvernos y calar hasta casi incorporarlo, y sin darnos cuenta seguimos ese discurso tecnócrata y justificativo, para mantenernos con un pensamiento estático, y que nada resuelve, más allá de una elegante respuesta de reunión”. 

La máxima dirección del país ha reiterado tener como máxima para avanzar el llamado del General de Ejército Raúl Castro a “rebasar el inmovilismo, la superficialidad y la improvisación”, deficiencias que, en mi opinión, aunque se hace muy notable en el proceso inversionista, están presente también en muchos sectores y esferas de nuestra sociedad.

Alguien dijo un día que “es un principio de la burocracia esconder las deficiencias”. Así ocurre todavía en determinados organismos, donde algunas personas, por suerte cada vez menos, no comprenden todavía la dinámica actual de nuestro proceso social.

Inmersos en la actualización del modelo económico cubano, no pueden existir espacio para el teque y las justificaciones.

Con esta máxima la masa obrera cubana arribó a este XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), dedicado por lógica y esencia al tema de la economía y el aporte de cada uno de nosotros desde nuestros puestos laborales.

Toca a todos desterrar cualquier manifestación de inmovilismo, de lenguaje tecnócrata y retórico, y de accionar burocrático, que, en no pocas ocasiones, nos acerca a hechos de ilegalidad y corrupción.

La necesaria recuperación que ha de materializarse en todos los sectores de la economía deben estar acompañados de nuestra necesaria eficiencia. Esa es la meta a cumplir.

Hablando en términos beisboleros es hora de clavar los spikes, lo que significa hacer lo que nos toca desde cada uno de nuestros puestos de trabajo, si verdaderamente sentimos amor por nuestro terruño y queremos vivir en una provincia y en un país, más próspero, bello y rico espiritualmente.

Está es una tarea imprescindible si de preservar las conquistas de este proyecto social se trata.

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