Guantánamo.- De una misma garganta, como dijo el poeta, salió espontáneamente la voz del corazón del pueblo. Desde entonces ha sido más que una frase. “Yo soy Fidel” es convicción y compromiso…
Por mucho tiempo las consignas han llenado plazas y escenarios públicos, pero no siempre actuamos en correspondencia con lo que decimos. Esta vez la voz populi sí conmina a que aprehendamos conscientemente la frase como concepto y la materialicemos con la magnitud de la personalidad del Comandante en Jefe Fidel, quien todo lo dio por el proceso social justo que construimos.
No hay un solo detalle de la vida cotidiana que no muestre palpablemente su obra. Su impronta está en la economía, la educación, la cultura, el deporte… en las niñas y niños, mujeres, ancianos… Edificaciones, viales, transporte, valles y montañas son la ideología de Fidel hecha práctica.
Como Martí, nunca dijo nada que no hiciera. Al respecto Raúl expresó que Fidel nos demostró que tal como se pudo llegar a las costas en el Granma, si se puede y sí se podrá superar todos los obstáculos que afecten a la Revolución…
Recuerdo cuando visionario del futuro como siempre, Fidel preguntó a los presentes en un acto público si la Revolución podía ser irreversible y cuando todos corearon que no, él líder contrarió afirmando que nuestros errores si pueden conspirar con la salud del proceso que él y sus compañeros de lucha nos legaron.
De su intelecto nos apropiamos del concepto de Revolución, guía para muchos en el mundo que ven una lumbrera en Cuba.
Ser Fidel representa levantarnos todos los días y materializar el concepto de Revolución, hacer bien lo que a cada uno corresponde, llenarnos de la savia que el imbatible líder sigue expandiendo luego de la siembra de su simiente un día como hoy, hace exactamente un año, en la piedra monolítica cercana al monumento erigido a Martí en Santa Ifigenia.
Hagamos de nuestro diario bregar un Moncada, un Granma, el combate de la Sierra y el llano, la Crisis de Octubre, Girón, la lucha internacionalista y otros tantos hechos que han dignificado a la patria, para expresar con orgullo como el día que elevamos a la inmortalidad al ser que hizo de su obra el más grande monumento: ¡Yo soy Fidel!.
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