
El Premio nacional de Patrimonio Cultural 2024 confiesa que el mérito es para su ciudad y su entorno.
Por Liubis Balart Martínez
Guantánamo.- “Me siento feliz porque es Baracoa la que ganó el premio», exclama el historiador de la Ciudad Primada de Cuba, Alejandro Sebastián Hartmann Matos, luego de ser galardonado con el Premio Nacional de Patrimonio Cultural por la Obra de la Vida 2024.
El laurel, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, congregó al jurado presidido por el doctor Miguel Barnet Lanza, Premio Nacional de Patrimonio 2023, e integrado por la artista de la plástica Lesbia Vent Dumois, Jorge Luis Aneiros, presidente de la Unión de Historiadores de Cuba, la arquitecta Perla Rosales Aguirreurreta, Directora General Adjunta de la Oficina del Historiador de La Habana, y el crítico de arte y curador Jorge Fernández Torres, director del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.
El historiador, antropólogo y director de la Oficina del Conservador de Baracoa e Historiador de la Ciudad, conversó al respecto durante su participación en la reciente 28 Fiesta a la Guantanamera, la cual se le dedicó por su quehacer, durante más de cuatro décadas, como escritor e investigador con contribuciones al conocimiento y la defensa de hechos históricos, bellezas paisajísticas y originales tradiciones socioculturales de su región natal.
Este baracoano se distingue por su actitud patriótica, perseverancia, confianza, amor; ensoñación, amistad y sinceridad. No se adjudica solo el importante reconocimiento, aunque consagra su personal labor, sino que refiere también los aportes de sus coterráneos.
“Estoy hablando de Alvarito Paján y de su esposa, allá en el Naranjo del Toa, lugar al que tantas veces he ido por más de 27 años, donde se halla el petroglifo de San Justo, o en el parque ecoarqueológico de Yara Majayara, del difunto Regino Rodríguez, quien nos ayudó en la búsqueda de informaciones históricas del sitio natural de gran valor espeleológico. También de los promotores culturales que tanto me han ayudado visitando las comunidades rurales, llevando las colecciones del Museo Fuerte Matachín para que los niños de las escuelas intrincadas puedan apreciar estas piezas.
“Todas esas personas que, de mañana o de tarde, intercambian un saludo y se preocupan por mi rodilla afectada, esa gente fue la que ganó el premio. Las colecciones del Museo se nutrieron de la población de Baracoa, pues dieron documentos, ejemplares de periódicos, machetes de los mambises…», enfatiza el historiador y vicepresidente de la Red de Oficinas del Conservador e Historiador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.
La labor historiográfica de Hartman, autor autor del libro Los días de Colón en Baracoa, contribuye a la mayor promoción, en el país e internacionalmente, de las particularidades de Baracaoa como primera villa fundada en Cuba, hace 513 años, por la corona de España; sus paisajes y entorno citadino, y carácter patrimonial.
¿Cómo lo ha logrado?
“En el Museo estuve 42 años, soy el historiador con más tiempo dirigiendo una institución de este tipo, al igual que el doctor Eusebio Leal Splengler, desaparecido físicamente hace cuatro años.
«Siempre tuve el propósito, no de publicar un libro o artículos, sino de que se conociera que Baracoa conserva la Cruz de la Parra como única de las 29 que plantó el Almirante Cristóbal Colón en la isla; que tiene una gastronomía específica, como el plato elaborado con el tetí, ese pececillo transparente que entra por la desembocadura de los ríos, eventualidad única en el mundo…
«Que se conozca que el nengón y el kiribá, son expresiones de los sones más antiguos, según me dijo el músico e investigador Rafael Inciarte Brioso, que generan la continuación del changüí, del son y de la salsa, como se llama actualmente. Esto me ha dado la posibilidad de participar en múltiples espacios académicos donde divulgo la historia de la Ciudad Primada de Cuba. Y que se conozca a Baracoa como dice el escudo nuestro, “aunque soy la más pequeña, siempre seré la primera en el tiempo”.
¿Cómo se proyecta la recuperación de los valores de la arquitectura vernácula de la ciudad, embestida por los frecuentes fenómenos atmosféricos, agravados por el cambio climático…?
«A diferencia de las ciudades de Trinidad, Matanzas o Camagüey, emporios de la industria azucarera, la arquitectura de Baracoa, con una economía de café, coco y cacao, no es grandilocuente.
«La singularidad del centro histórico clasifica en la Zona de Conservación de Patrimonio (ZCP), que es un área geográfica designada para la conservación de la biodiversidad, el patrimonio cultural o para prevenir riesgos naturales.
Es una iniciativa implementada en Cuba por el fallecido historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler: casas de madera, con los llamados ventiladores encima de las puertas, por donde fluyen los vientos alisios del norte que bañan a la ciudad frente al mar, o los arcos triunfales entre la sala y la saleta. La mayoría de los techos son de tejas francesas.Tenemos el privilegio de contar con la mayor reserva de bosques de maderas de Cuba.
Entre los objetivos principales de la Oficina del Conservador de la Ciudad, está ir logrando su restauración, de acuerdo con las posibilidades económicas. Tenemos afectaciones, impactos de ciclones como Mathew, que dañó cerca de mil viviendas rurales y urbanas, y ahora el Oscar. Tenemos también el espíritu, la persistencia en restaurar.
«En la actual etapa de recuperación del Oscar, les entregamos donativos, a través de gestiones con la Red de Ciudades Patrimoniales de Cuba, Organizaciones No Gubernamentales españolas y amigos, a las escuelas especiales, hogares de ancianos…; hemos colaborado con cerca de 400 familias y personas vulnerables, ayudando a los limitados físicos y motores, como parte del trabajo de la Oficina.
«Estamos en el proceso de que se autorice el uno por ciento (1%) del presupuesto de la gobernabilidad del territorio para el Desarrollo Local que va a contribuir a esa recuperación de la villa de Baracoa, de acuerdo con nuestros objetivos.
«Hay que advertir que nos ‘ahorca’ la Roma Americana, como llamó José Martí a los Estados Unidos, que impone injustas sanciones contra Cuba. Nuestra institución está enmarcada por las serias dificultades de la economía cubana. A pesar de eso, nuestro sentimiento es guerrear como hemos sabido hacer en estos 65 años.
«Mancomunadamente actuamos en alianza con nuestro gobierno, con nuestro municipio que no tiene el desarrollo de otras localidades del país».
¿Cómo se encamina el propósito de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Baracoa de lograr una escuela taller que formará y ofrecerá empleo a jóvenes interesados en las labores de restauración?
«Están captados los estudiantes y pretendemos comenzar el programa establecido en los primeros días de enero. Empezará por la especialidad de carpintería, cuyo equipamiento, al igual que el de enseñar carpintería, se adquirió con cooperación internacional. Queremos lograr la disciplina de arqueología, ya que Baracoa tiene una riqueza extraordinaria en investigaciones realizadas en zonas rurales, pero carecemos aún de un proyecto para la Zona de la Conservación de Patrimonio.
En la ciudad de Guantánamo, durante una conferencia en el Museo provincial, Hartman, acompañado por la familia de descendientes de los aborígenes precolombinos en Cuba, residentes en el municipio de Yateras, resaltó los valores patrimoniales de los principales elaboradores del casabe, declarado por la UNESCO, desde este cinco de diciembre, Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad.
“Las personas y la cultura indígenas en el Caribe y en particular en la mayor de las Antillas se creyó extinguida en algún momento, pero los descendientes de los habitantes originarios son hoy los principales elaboradores de ese producto de la yuca que formaba parte de su alimentación básica, prueba de su vigente presencia actual».
Alejandro Hartmann Matos participó en la Expedición en canoa del Amazonas al Caribe, junto a espeleólogo cubano Antonio Núñez Jiménez. Asimismo, ostenta la Orden del Mérito Civil conferida por el Rey de España, Juan Carlos I, en su grado de Encomienda.
Entre múltiples distinciones nacionales recibidas cuenta con las medallas Alejo Carpentier y Raúl Gómez García, y otros premios y condecoraciones que prestigian a los conciudadanas de su Baracoa natal.

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