El 26 de julio, inspiración para los guantanameros

Guantánamo.- El 26 de julio es para los cubanos una fecha muy especial, no solo porque ese día marcó a la historia con un suceso de gran trascendencia y ejemplo, capaz de cambiar el rumbo de una nación entera, al asaltarse por los jóvenes del Centenario en 1953 los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente. Sino también,  porque se convertiría, al paso del tiempo, en inspiración permanente para impulsar acciones y programas de desarrollo, dirigidos a la transformación de cada uno de los territorios del archipiélago, potenciando el bienestar económico y social.

En toda Cuba, un movimiento de pueblo se gesta alrededor de la celebración del Día de la Rebeldía Nacional. Se impulsan planes de trabajo, se alcanzan retos productivos; se construyen nuevas obras y el talento creador encuentra riendas sueltas en los diferentes centros laborales.

La efeméride es momento para el homenaje a los caídos en ambas acciones armadas, y al mismo tiempo es motivo de alegría, puesto que a 65 años del acontecimiento los sueños de sus héroes y mártires florecen como realidad.

En Guantánamo, correspondió al municipio de Niceto Pérez la sede del acto provincial por el 26 de julio, y al calor de la conmemoración surgió el movimiento popular “Más nicetenses, más transformamos”, que juntó esfuerzos y voluntades sin dudas, permitiendo lograr objetivos trazados y acelerar otros que no quedarán a medio camino, si por la voluntad de las autoridades y del pueblo allí depende.

Nuevos establecimientos se levantaron y otros fueron reanimados, pero el concepto del proyecto movilizador va más allá de edificar inmuebles, se trata de promover el espíritu trabajador de la gente, que la autoestima e idiosincrasia se fundan como fortalezas de un pueblo; y en ese sentido, si bien se logró que se sumara la población a las diferentes actividades, un signo muy positivo de la consagración que se reafirma como rasgo distintivo en el hacer de los nicetenses; hay que continuar apelando, al igual que en toda Cuba, a las mejores reservas éticas y estéticas del ser humano de ese terruño y promover, a nivel gubernamental, políticas, por ejemplo, comerciales y culturales, que aporten positivamente a la preservación de la identidad nacional.

La idiosincrasia es la base de las tradiciones y cultura de un pueblo, pero no solo pueden ser entendidas como música, baile, café, humor…, tiene que ver con patrones socioculturales que se ven acorralados, por la intervención, transculturación y trasgresión de otros modelos extranjerizantes y fenómenos nocivos que hacen que se replanteen las bases conceptuales de los procesos que en ese contexto tienen lugar.

En cuanto a lo referente a la autoestima, el asunto es mucho más personal, donde cada uno evalúa cómo somos apreciados, valorados y aceptados por los demás y por nosotros mismos; sin embargo, creo que “Más nicetenses, más transformamos” pauta el inicio de una intención, defensora del aprecio de los valores, capacidades y logros de un pueblo orgulloso por lo conquistado hasta ahora. Insertado en el movimiento “En Guantánamo Sí se puede”, es un buen ejemplo de lo que puede materializarse en términos de más producción de bienes materiales y de servicios; siempre apostando por la calidad y la sostenibilidad de lo que se haga, claro.

El 26 de julio activa la inspiración para los guantanameros. El mismo espíritu de la generación que llevó a cabo el histórico asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes conduce el quehacer de los nuevos tiempos. En 1953, Fidel no dejó morir las ideas del apóstol José Martí en el año del centenario de su natalicio y así se identificaría a la acción armada como forma principal de lucha frente a la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista y contra el yugo impuesto por Estados Unidos y sus monopolios explotadores a la nación cubana desde principios del siglo XX. Hoy, corresponde reforzar los avances y las conquistas que disfrutamos gracias al programa del Moncada, soñado y puesto en marcha por el eterno Comandante en Jefe de la Revolución Cubana; hecho realidad con el concurso de los esfuerzos de nuestros abuelos y padres; el que debemos vigorizar dentro de nuestro  proyecto social socialista, haciéndolo próspero y sostenible.

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