Y sigue circundando

Hugo Chávez: y sigue circundandoGuantánamo.-  Vino al mundo en  Sabaneta de Barinas el 28 de julio de 1954 , entonces nadie auguró que había nacido una persona que engrandecería el nombre de su país amado; Hugo Rafael Chávez Frías.

Infancia precaria que lo hizo vender arañas, dulce típico de su región, para ayudar al sustento familiar, pero también marcada por su abuela paterna quien lo enseñó a leer, a escribir y a que le germinara la semilla por el conocimiento y amor por la historia de su gran nación. 

El joven alegre e inquieto, estudió en la Academia Militar y fue perfilando ideales de justicia lo llevaron a liderar un movimiento revolucionario por el que estuvo hasta encarcelado.

Sin embargo, con esa fuerza tan suya siguió adelante y ganando seguidores hasta convertirse en 1998 en presidente de la república, cargo en el que permaneció 14 años liderando un gobierno que llevó a cabo un proceso de profundas reformas sociales.

Pero fue también hijo ilustre de América Latina, su amor por la Patria Grande lo manifestó en sus múltiples acciones a favor de la integración de sus pueblos, en sus manifiestas expresiones de solidaridad.

De Cuba fue, el mejor amigo, como lo calificara el Comandante en Jefe Fidel Castro, aquí dejó sus huellas de lealtad y apego infinito que le fue correspondido tal si fuera uno más de esta tierra.

Por esas cosas inexplicables de la vida, y que se nos antojan injustas, Chávez se nos fue demasiado pronto, partió hacia la inmortalidad cuando le quedaba tantísimo por dar todavía y  hacer por su gente.

Hoy cumpliría 64 años y prefiero recordarlo con sus interpretaciones de cantos llaneros a ritmo de arpa, cuatro y maracas, con su amplia sonrisa, expresiones hilarantes y frases que no solo laten en muros y carteles de su Venezuela, sino en todos los que siguieron en su andar en este mundo.

En la quietud del instante, podemos hasta sentirlo en el suave batir de una suave brisa de verano porque como él mismo expresara:

“Cuando yo haya partido, pero de verdad, partido, y consigan mi cadáver al fondo de una noria, entonces tú sentirás una sombra, una llama, circundándote. Uno se va, pero no se va. Cuando a uno le toque irse uno se queda, circundando”.

Y aquí sigue…

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