“…La vida futura… la utilidad de la virtud”

Durante el paso del huracán Irma por Punta Alegre, Ciego de Avila, José Daniel de la Torre Sampier encontró el busto de José Martí cubierto de escombros. Corrió a la casa a buscar a su madre que lo ayudó a desenterrarlo y lo alzó como un trofeo.Guantánamo.- En uno de mis viajes  al entonces destrozado por el huracán Matthew y hoy recuperado con creces municipio guantanamero de Maisí, me inspiré para escribir una crónica que titulé Luisito me estremeció el alma.

Trata sobre el niño del poblado de Los Arados, que en medio de las carencias de todo tipo que dejó el ciclón, compartió unas toronjas con los más de 10 visitantes que nos resguardábamos de la lluvia intermitente, debajo de un banco del estadio de beisbol del poblado.

Hasta tanto no comió el último de nosotros, el anfitrión no probó la mitad de uno de esos frutos que quedó para él.

Había que ver en las condiciones a las cuales obligó a vivir el fenómeno atmosférico a los pobladores de allí y las muestras de solidaridad entre ellos y con quienes llegaban a trabajar: militares, eléctricos, comunicadores, personal de la salud, de la cultura… periodistas… No tenían nada que dar, pero aun así,  lo daban… Recuerdo eso y me conmuevo.

Hoy leí una crónica en la página digital del periódico Granma, a propósito del impacto del huracán Irma en Ciego de Ávila titulado A salvo, sobre otro niño, de Punta Alegre José Daniel de la Torre Sampier, quien encontró el busto de José Martí.

–“Lo vio en el mar: una cosa redonda y de un blanco sucio, cubierta de escombros. Corrió a la casa a buscar a su madre y su madre lo ayudó a desenterrarlo. José Daniel lo alzó como un trofeo y fue corriendo de una casa a la otra. Iba gritando: ¡mira!, ¡encontré a Martí!, ¡encontré a Martí!”, – cuenta el autor del texto, Jesús Jank Curbelo, en su publicación del 14 de septiembre de 2017.

Continúa Jank Curbelo: “Al día siguiente cumplía seis años. Se levantó y dicen que cogió el busto y que se fue a enjuagarlo a la orilla de la playa; que lo llevó a casa de su maestro porque «Martí es el hombre que está en mi escuela, al lado de la bandera»…. Aquel día, en el medio del desguace, lo vimos, abrazándolo. Y no sabíamos, a ciencia cierta, quién protegía a quién”- concluye.

Solo quien vive momentos como esos puede apreciar con toda claridad la riqueza de nuestra gente, y aunque algunos se manifiestan miserables, egoístas, ruines… para suerte nuestra, muchos prefieren ser, por conciencia propia, altruistas, solidarios, dignos… Eso es lo que esencialmente aporta a los individuos el proceso social que construimos.

Cuando Martí dijo: “Creo en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud”, seguro que ya había avistado a estos niños, dada la capacidad, tanto del Apóstol como de su más fiel discípulo, de ir al futuro y regresar a sus respectivos presentes.

El 1 de mayo de 2000, en la Plaza de la Revolución que lleva el nombre del Maestro, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expuso el concepto de Revolución, definición convertida en brújula de la labor patriótica de todo el pueblo y que resume en su esencia la historia pasada, presente y sobre todo futura de la nación cubana.

“Revolución… es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo;… Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. “

¿Quién puede negar que Fidel entonces viajara al futuro y luego regresara a su presente?

Nadie se llame a engaño, nuestra Revolución es grande porque día a día muchos como Luisito y José Daniel ponen sus más genuinos sentimientos  al servicio de los demás sin que nadie los obligue a hacerlo. Eso lo aprendieron y aprehendieron en sus conciencias.

En medio del proceso de nominación de candidatos a delegados a las instancias de los órganos de gobierno que vivimos en el país, una pregunta: nos asiste: ¿Son dignos Luisito y José Daniel para dirigir a Cuba en el momento en que les corresponda? Entonces,  otra frase martiana nos convoca a seguir reflexionando: “Lo que un grupo ambiciona, cae. Perdura, lo que un pueblo quiere”.

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