La pandemia más peligrosa que tenemos es la indisciplina social

Guantánamo.- Alarmante. Esa es una de las palabras que utilizamos para definir la situación de la provincia de Guantánamo respecto a la elevada cifra casos positivos de la COVID-19 en los últimos 15 días, en nueve de sus municipios. ¿La causa?  Violaciones de los protocolos higiénico-sanitarios, las indisciplinas y la baja percepción de riesgo.

Y es curioso, en los inicios, cuando conocimos de la enfermedad, que como sabemos, ataca a cualquier persona sin importar edad, sexo, país, credo o ideología, muchos ignorábamos la magnitud de sus consecuencias.  Nadie imaginaba entonces que esta letal, lenta, silencioso y microscópica pandemia, cobraría tantas vidas a nivel mundial.

Fue cuando aparecieron por doquier los primeros mensajes de cumplimiento con las medidas higiénico-sanitarias, aislamiento, distanciamiento social y otras preventivas para anular el contagio. Sin embargo, hemos convivido con dicha pandemia casi un año y no interiorizamos que cumplir con las mentadas medidas, es la regla de oro para frenar la Covid – 19 en Cuba.

La irresponsabilidad no puede seguir campeando. Todavía hay personas que hacen caso omiso a la situación actual y andan por la calle usando mal el nasobuco, otras en cambio, hacen colas sin siquiera saber qué se venderá o simplemente, vemos a jóvenes reunidos en las esquinas para beber… ¿Hasta cuándo tamaña irresponsabilidad?  Pongamos coto a esta situación.

Desdichadamente, no se están cumpliendo los protocolos establecidos y si vemos las estadísticas, prácticamente los casos importados son los menos, pues predominan en este momento, los autóctonos… Entonces… ¿La responsabilidad es sólo de los viajeros? Por favor, seamos razonables, todos sabemos lo que debemos de hacer. No hay dudas, la pandemia más peligrosa que tenemos es la indisciplina social.

Hoy tenemos cifras alarmantes, por eso hay que exigir disciplina, autorresponsabilidad y, sobre todo, adoptar las medidas más drásticas. Cumplamos lo dispuesto por la Ley para proteger a nuestros niños, ancianos y toda la población en general. Ahora la batalla contra este enemigo invisible se gana con la responsabilidad individual.

La Covid – 19 nos tocó la puerta y nosotros, de ingenuos, la dejamos pasar. También se nos mostró como un gran reto, pero con su presencia, probamos nuestras fortalezas. Nos impuso alejar los besos, abrazos, reuniones familiares y como buen cubano, nos ajustamos al distanciamiento para mitigar a este enemigo increíblemente astuto que nos vigila el mal paso.

Ahora bien… Si anteriormente actuábamos de esa manera… ¿Qué nos cuesta retornar a ello y ser más disciplinados en el cumplimiento de los protocolos? ¿Será que no le damos valor a la vida, que es lo más preciado? No podemos cansarnos, hay que exigir más, sino ponemos freno la situación se nos irá de control.

Dejemos a un lado tanto egoísmo y hagamos lo que nos toca, por poquito que sea. Hoy nuestro país, necesita del apoyo de todos y cada uno de sus hijos. Abracemos al autocuidado, la responsabilidad y la confianza, de esta manera todos nos cuidaremos hasta que la tan esperada vacuna toque a nuestras puertas.

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