La Confianza: símbolo de amor y vida eterna

Por: Yisel Román

Guantánamo.- Si de pasiones puras se trata, La Confianza es, sin dudas, el sitio que expresa en tiempo, espacio e historia todo lo que esos sentimientos representan. La visita a este lugar patrimonial supera las expectativas de quien espera un simple museo y la exposición de objetos con cierto valor.

Para quien busca más allá de lo visible, el relato iniciaría por describir la época en la cual era la finca del amor y los sueños, el hogar de dos revolucionarios que convirtieron su casa en abrigo para las esperanzas de libertad de su tierra natal, pero que hoy es el Mausoleo del Mambisado Guantanamero, porque así lo dispone la voluntad de sus dueños.

Unidos en la carne y los ideales, la pareja de independentistas integrada por Caridad Jaca y Luciano Peguero, están entre los primeros que siguieron a Pedro Agustín Pérez a la manigua, el 24 de febrero de 1895, y entre los tantos cubanos que relegaron intereses personales a un segundo plano y asumieron el riesgo de no dejar descendencia a causa de los vejámenes de la guerra y los infortunios de las batallas.

Gracias a este matrimonio allí siempre ardió la llama eterna de la rebeldía pues tras la jugada mañosa e intervención norteamericana, ellos en un gesto de puro amor a la patria, donan su único bien a la Municipalidad de Veteranos de Guantánamo. Quizás, inspirados por la esperanza de que la historia atesorada en esta hacienda ayudaría a despertar nuevamente en el pueblo la fe y la seguridad en el éxito definitivo.

Puede que no, pero yo me inclino a pensar que sí. Los escritos sobre Caridad y Luciano, así como su actitud posterior, permiten imaginar que tal vez tenían la certeza de algún día vivir otra sublevación para retomar los sueños truncos de su generación. Los anhelos de igualdad de derechos, de respeto a la dignidad plena del hombre y la mujer, de garantías sociales sin importar el color de la piel, la clase social o la cuna.

Así es como el 24 de febrero de 1911, en el sitio donde está la mesa en la cual se extiende y firma el Acta de Levantamiento de la Guerra Necesaria, se erige en memoria al Alzamiento de 1895, un sencillo Obelisco de concreto, costeado por el centro de veteranos y el Ayuntamiento de la ciudad del Guaso y se crea el Parque La Confianza.

Luego, el 10 de octubre de 1952 se devela por primera vez un busto de Pedro Agustín Pérez. Con el paso del tiempo el sitio adquiere la relevancia que merece y Caridad, respetada por la población, participa cada año hasta su deceso, en las conmemoraciones por el reinicio de las luchas independentistas.

Tras 34 años de las muertes de Caridad y Luciano, en 1983 se inicia la obra de construcción de un monumento más amplio. Las semillas de quienes no procrearon en el lecho, se multiplican en la sociedad entre las nuevas generaciones de cubanos con decoro.

 Un año después, el 4 de agosto de 1984 se trasladan los restos mortales de Pedro Agustín Pérez del cementerio San Rafael para La Confianza, inaugurándose así El Mausoleo a Pedro Agustín Pérez y se declara el lugar como Monumento Local.

La memoria de muchos guantanameros guarda cómo en 1994 a este Mausoleo se le añade los nichos y se reconstruye la plaza, con motivo del centenario del Levantamiento en La Confianza. Se recuerda con claridad la noche del 23 de febrero de 1995, cuando sucede algo trascendental: los restos de los valerosos mambises son expuestos en los salones de protocolo de La Plaza Mariana Grajales.

El pueblo desfila solemne y disciplinadamente como reconocimiento y homenaje a estos fundadores de la Patria. En la histórica mañana de aquel 24 de febrero más de 100 mil guantanameros se concentraron en sentida manifestación patriótica, posteriormente, el cortejo fúnebre avanzaba hacia el Mausoleo de Pedro Agustín Pérez y a las 10 y 40 de la mañana fueron depositados los restos de los valerosos luchadores.

Así quedaba inaugurado el sitio histórico como el Mausoleo al Mambisado Guantanamero. Durante la ceremonia se enciende la llama eterna y se devela la tarja que señaliza al lugar como Monumento Nacional, símbolo de amor por quien amor merece.

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