Gilberto Pérez: magia parece, trabajo es

Guantánamo.- Parece magia, porque a estas alturas, cuando algunos aquí pudieran pensar que el limón emigró para otra galaxia, ahora resucita copioso y vital, acaso ratificando que no son invencibles ni la sequía ni la degradación de los suelos.

Por eso la presencia del limón en cantidades exportables, en una finca localizada al suroeste de la ciudad del Guaso, parece magia. La noticia va y viene esperanzadora, y con ella los cómo y los por qué.

 AL ENCUENTRO DEL «MAGO»

Después de viajar cerca de dos kilómetros en dirección de norte a sur por la carretera que conduce a Niceto Pérez, desde la ciudad de Guantánamo, el viajero enrumba al oeste y escala una pendiente sinuosa. Aproximadamente a 300 metros de allí, Gilberto Pérez Vega y su esposa habitan desde 2004, cuando él recibió en usufructo dos caballerías de marabú.

«Tardé año y medio para desmontar las malezas y dar inicio a la producción», dice el campesino, e invita a recorrer el sembradío de limones. 

De la finca de Pérez Vega, en la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Mariana Grajales, salió el primer lote de limón persa, que exporta Guantánamo: «poco más de dos toneladas cosechadas en una hectárea. Le vendí esa carga a Tropical Contramaestre S.A., a través de la Empresa industrial de granos de Niceto Pérez.

«Ya empiezo a preparar el segundo envío, saldrá de la misma área que dio el primero; mire estas matas», convida el labriego, ya en medio del limonar, mientras sujeta la rama con más frutos que hojas, en unas manos que, por callosas, revelan sus secretos y «magia».

En la cosecha anterior entregó 17 toneladas de limones, aportó frutabomba, guayaba, carne, plátano burro, y entre ovejas y cabras le vendió 238 reproductoras a entidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. 

Aun así, Gilberto conserva más de 300 animales entre porcinos y ovino-caprinos, y una cifra superior de aves: gallinas criollas, de guinea, pavos y patos. El sustento de esa fauna doméstica, en la que también existen conejos, no sale de un sombrero de mago, el labriego lo saca de su tierra, que está erosionada, pero bien atendida.

El campesino pretende ampliar la diversidad de sus producciones, pero la prioridad seguirá siendo el limón, no solo porque cada quintal de ese cultivo le deja 700 pesos de ganancia y un retorno en divisas para su ccs, que le permiten adquirir herramientas e insumos, sino porque el limón escasea en el país, «hay que fomentarlo».

Una producción que pretende ampliar la provincia, le confirmó a Granma el ingeniero Ramón Sánchez Ocaña, especialista en cítricos y frutales de la Delegación provincial de la agricultura en Guantánamo.

La estrategia, según Sánchez Ocaña, consiste en fomentar las áreas de limón persa con las ganancias que aporten estas primeras exportaciones. «En 2020 serán plantadas 40 hectáreas de limón en Niceto Pérez», abundó el experto.

En los próximos cinco años, Guantánamo tendrá más de cien hectáreas de ese cultivo, pronostica Ramón Sánchez Ocaña. «Los frutos llegarán a la población sin afectar el suministro al turismo ni al mercado foráneo. Esa variedad de limón –aclaró– empieza a producir a los tres años de plantada».

La estrategia tiene entre sus impulsores a hombres como Gilberto Pérez Vega, quien ya plantó otras dos hectáreas de limón, «y a diferencia de la primera, que la sembré por esquejes, en estas usé posturas de injerto, más resistentes a plagas y enfermedades. 

«Dime cómo siembras y te diré qué cosechas», refranea el destacado labriego, un hombre que, a base de ingenio y sudor en el  surco, ha aprendido a hacer «magia».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *