Foto pal Face (+ Video e Infografía)

Guantánamo. – Aunque no soy de la llamada “generación digital” empleo regularmente las tecnologías y me conecto a Internet para buscar información, compartir con mis amigos y conocidos en las redes sociales, entre otras muchas cuestiones que hoy son posibles en la plataforma virtual. Hace algún tiempo encontré en Youtube un curioso y cómico material que reflejaba en alguna medida la banalización de la vida, la pérdida de la intimidad y realizaba una crítica a la costumbre de hacernos selfies, en prácticamente cualquier circunstancia.

El sketch realizado por “EnchunfleTV” y que da título a este comentario, describe una relación de situaciones donde los protagonistas deciden compartir su cotidianidad, de manera indiscriminada y excesiva con sus contactos en las redes. Hace más de cuatro años que accedí a este video y pensaba en lo distante que estaba esta situación de la realidad de Cuba, sin embargo, cada vez me sorprendo más de cuán rápido caminan nuestros usuarios conectados hacia esa tendencia.

Conozca más de la historia del selfie.

Sobre todo, se trata de niños, adolescentes y jóvenes cuyas cámaras no descansan para tomar la instantánea perfecta, casi siempre en una pose plástica que muestra al mundo que “somos hermosos, a toda hora y en todo momento”.

La infografía anterior ofrece datos valiosos de cuanto sucede con el fenómeno de las redes y la tendencia al narcisismo que ellas pueden provocar.

No quiero que se confunda mi reflexión, no estoy en contra del selfie o de las fotografías, pero sí creo que debemos ser cuidadosos y responsables con todo lo que posteamos o enviamos, tomando en cuenta que aquello que se sube a las redes deja inmediatamente de ser privado, aunque lo enviemos por un chat o un correo y que además nunca desaparece.

En otros países se han dado numerosos casos en el mundo de la política, la economía, la farándula o el sector empresarial, donde las publicaciones en perfiles de redes sociales son tomadas en cuenta como parte del currículo de las personas. Incluso existe un cuerpo legal a nivel internacional para el uso de estas plataformas, en el que se legisla, por ejemplo, que los menores de 14 años requieren de una autorización expresa de sus padres para aportar datos de carácter personal en cualquier página web, por lo que nadie puede pedir ni publicar datos de un menor de 14 sin consentimiento expreso.

Mi punto de reflexión va dirigido a que consideremos mejor aquello que publicamos en nuestros perfiles, en ocasiones damos mucha información personal, que convierte a nuestra intimidad en cuestión de dominio público o nos conlleva a la banalidad en estos espacios, que pueden ser empleados para compartir experiencias, puntos de vista, tradiciones y elementos de nuestra cultura, a la vez que intercambiamos en un rico universo de posibilidades, siempre desde el respeto y la consideración hacia los demás.

Educar en ese sentido, ampliar el conocimiento que, de Internet, las redes sociales, su uso e importancia actual tienen nuestra sociedad, es tarea en primer lugar, a mi consideración de la familia, de nuestros centros educativos y de las instituciones y sujetos que más avanzados van en este sentido, para contribuir a la materialización de la informatización de la sociedad y la adecuada y fructífera interrelación de los sujetos en el mundo virtual.  

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *