Rehabilitador guantanamero en Azerbaiyán

En Azerbaiyán un rehabilitador guantanamero frente a la COVID-19 (+ Post)

Por Taimí Fernández Pérez

Fotos: Cortesía del entrevista

El rehabilitador guantanamero Pavel Torres Valdés presta servicios en Azerbaiyán contra la Covid 19
El rehabilitador guantanamero Pavel Torres Valdés presta servicios en Azerbaiyán contra la Covid 19

De Azerbaiyán, Pavel Torres Valdés solo conocía el nombre y a los boxeadores que, al decir de él,  son muy buenos, los admira y sigue en los eventos mundiales. Después de los cubanos son sus favoritos.  Pero nunca estuvo en su imaginario sobrevolar las 6 mil 910 millas para llegar a esa ex república soviética.

Sin embargo   el 13 de julio aterrizó en  Bakú, ciudad milenaria y ultramoderna, capital del país caucásico  y no lo hizo precisamente tras los pugilistas que tanto le hubiese gustado saludar, un motivo de fuerza mayor que la afición por el deporte de los puños hasta allá lo llevó: contribuir a salvar vidas.

Y es que Pavel, joven guantanamero residente en Pedro A. Pérez entre 12 y 13 Norte,   forma parte de los 115 profesionales de la Salud cubana integrantes de  la brigada Henry Reeve que fueron enviados como embajadores de la vida hasta Azerbaiyán, país número 35 en recibir ayuda médica para enfrentar la COVID -19.

Seis años de graduado como Licenciado en Rehabilitación en la Salud lo avalaron para ser llamado a cumplir con la misión que, aunque lo sorprendió, aguardaba que en algún momento ocurriera.

De Azerbaiyán, Pavel Torres Valdés solo conocía el nombre y a los boxeadores que, al decir de él, son muy buenos, los…

Publicada por Telecentro Solvisión en Martes, 25 de agosto de 2020
“No los trato con miedo, los trato con humanismo”, así posteó Pavel en su perfil de Facebook al publicar esta foto.

“Desde 2017 que ingresé a la Henry Reeve esperaba la oportunidad y ahora sucedió. Confieso que al decírmelo sentí sentimientos encontrados, es mi primera misión y justo en medio de una pandemia que pone en crisis al mundo, pero para eso es la Henry Reeve, para asumir situaciones de riesgo, de manera que no dudé en dar el paso al frente. Era la ocasión de poner en práctica todo el internacionalismo y humanismo que desde pequeño me habían inculcado en la escuela”.

Es la primera vez que Azerbaiyán  recibe asistencia sanitaria cubana, de ahí que el joven de 30 años  trabajador del Policlínico Centro de la ciudad de Gtmo  sienta orgullo de estar en el grupo formado por 67 hombres y 48 mujeres, de los cuales 57 son médicos y 55 licenciados, entre estos últimos 50 en enfermería.


Seis años de graduado como Licenciado en Rehabilitación en la Salud, lo avalaron para cumplir misión en Azerbaiyán combatiendo al coronavirus.

“En la humana labor de salvar vidas todos contamos, pues si importante e imprescindible son los médicos intensivistas y otros especialistas, dado a los efectos secundarios de la terrible enfermedad también es significativo el papel de los fisioterapeutas y rehabilitadores”, dice Pavel quien confiesa extrañar a sus pacientes de la Comercializadora de Servicios Médicos en el Hotel Guantánamo, lugar donde presta servicios en los últimos cuatro años, pero la nostalgia por los asiduos pacientes y familiares  muy bien la disimula al ser acogido por los 20 o 25 pacientes que a diario atiende en el Hospital No. 1 de la ciudad de los vientos .

Cuenta que al llegar, las 9 horas de diferencia con Cuba le trastocó un poco, pues cuando quería y necesitaba  dormir, ya tenía que levantarse  y asumir lo que se convertiría en la rutina diaria.

“ A las 7: 30 am nos llevan en guagua para el hospital que está a unos cinco minutos del hotel donde nos hospedamos y comenzamos a vestirnos sin violar el “ritual” establecido, pues de él depende nuestra protección, e inmediatamente  nos incorporamos a las áreas de trabajo que compartimos con médicos y especialistas azeríes”.

Reconoce que las condiciones hospitalarias son buenas y que las acciones para enfrentar y combatir el coronavirus por el sistema de salud de Azerbaiyán están bien organizadas así como que cuentan con buenos profesionales en todas las especialidades, de ahí que han hecho buenos equipos de trabajo sin dar lugar a celos profesionales, “cada cual aporta lo que sabe y puede a favor de un mismo objetivo: acabar con la pandemia”, alega Pavel

No obstante considera que determinados fallos en los protocolos de actuación para tratar a pacientes con la enfermedad pudieran acarrear situaciones complicadas, de ahí que se han dado a la tarea de trasmitir, cada cual en su área, las experiencias de Cuba – “ han sido comprensibles, se han dejado guiar y  el trabajo va saliendo muy bien”.

    También asegura que la mayor dificultad en el enfrentamiento a la pandemia radica en que la población no cumple como debe ser con las medidas requeridas para evitar el contagio, es por ello que se convierten en una especie de educadores brindando charlas necesarias y demostrando,  además, cómo debe ser desde el lavado de las manos hasta el uso de la mascarilla  y el distanciamiento físico para cortar la cadena de trasmisión.

“Específicamente en mi área hacemos fisioterapia respiratoria a pacientes positivos al COVID- 19 para fortalecer musculatura pulmonar y así prevenir una gravedad.

“Por lo general los pacientes con prolongado encamamiento sufren de atrofias musculares, de ahí que le realicemos ejercicios para fortalecer las extremidades superiores e inferiores. También entrenamos constantemente la respiración diafragmática y  realizamos  drenajes pulmonares para facilitar la liberación de secreciones.

“Trabajamos con todo tipo de pacientes, incluso con los que han rebasado procesos graves, los entrenamos en las actividades de la vida diaria para que puedan incorporarse lo más pronto posible a la  normalidad”.

Dice que la comunicación no es problema para el éxito de los tratamientos, pues pese a que no dominan el idioma azerí, usan a veces un traductor, algunos pacientes hablan inglés y ya hasta a algunos trabajadores “ se les cuela”  el español.

“Cuando estamos en la fisioterapia y se enteran que somos cubanos, se ponen alegres, agradecidos. Quieren saber de Cuba, preguntan en jerga que a veces entiendo, a veces no.

“Hubo  una paciente que conoció a Alicia Alonso y nos habló de ella, pero lo que más me emocionó  fue cuando escuché a algunos  de ellos cantar La Guantanamera. No lo pude evitar, me palpitó fuerte el pecho y me saltó a la mente mi tierra, mi madre, mi esposa, mis dos niños, mi papá”.

¿Cuándo regresa?, Pavel no sabe, presume que cuando esté totalmente controlada la pandemia. No tiene prisa, él y su familia saben que los integrantes de la Henry Reeve no se andan con apuros, llegan y se van cuando el dolor de quienes fueron a asistir haya aliviado.

Mientras tanto cada mañana cuando sale para el hospital No. 1 de la ciudad de los vientos su mirada traspasa la ventilla del ómnibus a ver si por casualidad descubre detrás de un nasobuco algún pugilista de los que tanto ha seguido y admirado.

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