COVID-19 en Cuba: un fármaco en desarrollo y retos poblacionales

Un medicamento en desarrollo que pudiera combatir la pandemia y factores como el envejecimiento poblacional y las enfermedades crónicas no transmisibles en Cuba, un país con indicadores del llamado primer mundo, trascendieron hoy en el programa televisivo Mesa Redonda sobre la COVID-19.

María del Carmen Domínguez, jefa del proyecto 258 del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, refirió que el 258, fármaco candidato terapéutico, ya tiene dos años de investigación, para tratar enfermedades como la artritis reumatoide.

Debido a características del nuevo coronavirus, como el desate de una tormenta de citocinas del organismo y una neumonía muy fuerte, el 258 es un potencial fármaco para el tratamiento, sostuvo la bioquímica.

El medicamento ya tuvo una fase en 20 pacientes cubanos, no generó efectos adversos y sí aparecieron evidencias preliminares de eficacia, declaró Domínguez.

En otro segmento del espacio radio televesivo Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas, señaló que la repercusión directa de una pandemia siempre va hacia el recurso más importante de un país, su población, y factores como el envejecimiento y la densidad demográfica son muy relevantes ante la COVID-19.

Villa Clara es la provincia con más personas mayores de 60 años, La Habana sobrepasa los dos millones 100 mil habitantes y también presenta mucho envejecimiento, Centro Habana es el municipio más densamente poblado y las provincias con menos envejecimiento son las orientales, comentó Alfonso.

Las enfermedades crónicas no infecciosas, como las relacionadas con el corazón, el cáncer y las dolencias cerebrovasculares son las principales causas de muerte en Cuba, enfatizó el directivo, al referirse a grupos de riesgo ante el nuevo coronavirus.

Aproximadamente el 21,2 por ciento de la población cubana tiene 60 años o más, este segmento es el único que crece, además, el 46 por ciento de los hogares tiene al menos un anciano y en el 22 por ciento de los hogares viven ancianos solos, añadió.

Hay también grandes diferencias, por ejemplo, en Granma el 61 por ciento de los habitantes vive en ciudades, en La Habana es el ciento por ciento, subrayó Alfonso Fraga.

En general, en las provincias orientales hay menos gente en zonas urbanizadas, menos muertes y más natalidad, apuntó.

Alfonso Fraga enfatizó que en la nación las mujeres viven más, pues las féminas representan el 45 por ciento de las defunciones. Asimismo, en Cuba hay más ancianos que menores de 15 años y ocurren más muertes que nacimientos.

Entre los adultos mayores hay gran presencia de factores de riesgo ante la actual pandemia, como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiacas, concluyó.

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