Colas: La historia de nunca acabar

Guantánamo.- Mucho se habla por estos días de las aglomeraciones de personas en establecimientos comerciales y otras instalaciones. Las colas, un fenómeno social recurrente en Cuba, hoy se vuelve más complejo ante la situación epidemiológica asociada a la Covid-19, la limitación de determinados recursos, y hasta la venta de productos que son útiles y necesarios, pero no una prioridad.

No pretendo repetir lo que en diferentes medios de comunicación locales y nacionales se publica sobre el tema, pero definitivamente, abordarlo de todas las maneras posibles, se impone.

Guantánamo, que no escapa de esta realidad, me atrevería decir que es la única provincia cubana que no termina de pensar y aplicar una estrategia factible tanto para quienes hacen la cola, como para sus organizadores, dependientes y administrativos de los centros. Y claro está, de nada sirven los esfuerzos gubernamentales si la población no coopera, y contribuye como está ocurriendo, a generar el caos. Pero considero que la pasividad o inactividad, no puede ser tampoco una respuesta para quienes velan por la seguridad ciudadana.

Hace solo unas semanas, en Guantánamo empezó a utilizarse la aplicación móvil Portero, cuando ya en el país se le daba uso meses antes. Sin embargo, esta apk, creada para la organización de las colas, tiene varias vulnerabilidades.

Otra alternativa fue entregar tickets a los usuarios, pero igualmente generó que algunos oportunistas, se apropiaran y revendieran a altos precios. Si bien es comprensible que no todas las medidas son ajustables a cualquier sitio, pienso que es hora de poner las mentes a funcionar y actuar por el bien de todos, ya que también está en juego la salud colectiva, ante la constante amenaza del nuevo coronavirus.

El pueblo así lo exige, ese que sí piensa en autoprotegerse y cuidar a los suyos, que no tiempo de pasarse todo un día en colas, y que muchas veces ni siquiera logra comprar lo que necesita. Espero que las autoridades gubernamentales y políticas, al igual que en otras provincias, establezcan definitivamente, un ordenamiento para que todo llegue a todos, sin tumultos, sin agravios y equitativamente.

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