Guantánamo.- Un derroche de entusiasmo y colorido enaltecen la mañana de este Primero de Mayo, jornada en que unos más de 180 mil guantanameros salieron a las calles para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores.
¿Motivaciones? ¡De sobra! Porque esta fiesta proletaria es momento también para ratificar la incondicionalidad a los principios de la Revolución Cubana, esos que tanto mortifican a muchos y que los hacen pronunciar discursos descoordinados, llenos de saña, tomar medidas desesperadas en su errático intento de asfixiar a este pueblo.
Este desfile es una muestra de la expresión de espontaneidad de los hijos de esta tierra, quienes desde bien temprano se fueron concentrando en las diferentes áreas de la ciudad, así como en el resto de los municipios para marchar unidos.
Esta concentración popular es sinónimo del compromiso que entraña vivir en una isla cuyos habitantes decidieron su destino hace 60 años y que la defenderán al costo que sea preciso. Es expresión del compromiso de trabajar juntos para sacar adelante la economía de un país que sufre el más cruento bloqueo económico, financiero y comercial de la historia de la humanidad. Es la manifestación del valor de ser guantanamero, cubano.
Son cientos de razones que abrazan esa alegría, familiaridad y naturalidad, algo que duele a los que solo se empeñan en verle las manchas al sol y hacen gala del viejo refrán “¡no hay peor ciego, que el que no quiere ver!”
