Céspedes, de puño y letra

Céspedes, de puño y letraDesacralizar en la justa medida la figura del Padre de la Patria  para traerlo al presente,  como el ser humano que fue, es la razón por la que Ediciones Boloña publica, en el  aniversario 150 del inicio de las Guerras de Independencia,  los libros Carlos Manuel de Céspedes, el diario perdido, de Eusebio Leal Spengler, y El camino de la desobediencia, de Evelio Traba.

De estas razones dio fe el periodista Mario Cremata, director de ediciones Boloña y editor de ambos títulos, en la presentación que tuviera lugar en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, a cargo de Eusebio Leal, intelectual al que se dedica la Feria.  

El Diario perdido, como se le conoce comúnmente al texto, tras 20 años de haber visto la luz, reaparece ahora en su sexta edición, con nuevas correcciones y documentos inéditos, de modo que su actualización permitirá a los lectores –que serán muchos, a juzgar por la altísima demanda del título– acercarse a la realidad de un hombre que mereció con irrefutable decoro el más digno de los sobrenombres.    

A no pocos detalles de la vida de Céspedes –esbozados en el diario, que recoge apuntes desde el 25 de julio de 1873 hasta el 27 de de febrero de 1874, el mismo día de su deceso–  aludió Leal, quien encomió al gran cubano en su condición de  viajero, estudioso de los clásicos y periodista que tuvo la grandeza de permanecer en Cuba, aun rodeado de adversarios políticos.

Con el ímpetu de quien protagonizara un tenaz designio, Leal contó la historia de cómo llegó a sus manos el texto. Dedicado a Ana de Quesada, viuda de
Céspedes, que tanto hiciera por rescatarlo, el diario hizo un tortuoso recorrido antes de que el Historiador lo pudiera recibir.

Personalidades como Hortensia Pichardo, Cintio Vitier y Abel Prieto aplaudieron entonces la valía del documento, publicado por vez primera en España. El Comandante en Jefe Fidel Castro tuvo  en sus manos el primer ejemplar y desde ese momento dijo: «Hay que publicarlo».

La bandera original que ondeara en el alzamiento convocado por Céspedes inspiró la ilustración de portada donde, además de la excelsitud del Héroe, hay espacio para la conciliación. Una fotografía donde aparece Salvador Cisneros Betancourt –principal enemigo político de Céspedes y también héroe cubano– rindiendo honor muchos años después ante la tumba del Padre de la Patria, aparece en estas páginas. «Tenía que dejar un signo constructivo en este libro, y encontré esta foto maravillosa», dijo Leal y aseguró que se trata de un «signo de reparación».   

Sobre el libro de Traba, Leal expresó su alegría al poder presentar un volumen interesantísimo como novela, donde hay un conocimiento de la documentación original, a partir de la cual pudo el autor crear situaciones propias del arte literario y explicó que los diálogos que se establecen están hechos sobre la base de un estudio de pensamiento.

Para cerrar, Leal agradeció su presencia al público, que podrá acercarse a la «figura clave de la piedra angular del arco, en el cual se sostienen los principios fundamentales de la nación cubana». «Agradézcanle mucho a Céspedes. Cuando lean esos libros comprenderán quiénes somos y por qué somos».

 

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