Guantánamo.- Un proyecto humanitario coauspiciado por los gobiernos de Cuba y Venezuela le ha devuelto, en casi quince años, la visión a más de tres millones de personas en unos 34 países; la Operación Milagro (OM).
Iniciada el 8 de julio de 2004, el plan sanitario se integra dentro de los programas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), para beneficiar la población de bajos recursos aquejada de determinadas patologías oculares.
En él participan 165 instituciones cubanas. Se dispone además de una red de 49 centros oftalmológicos con 82 posiciones quirúrgicas en varias naciones del planeta.
Aunque las afectaciones más frecuentes son cataratas (opacidad del cristalino del ojo), pterigion (carnosidad) y glaucoma (enfermedad del nervio óptico), los equipos oftalmológicos cubanos también atienden y operan tumores de párpados y conjuntiva.
Entre los beneficios de alcance social que ha traído este proyecto, figuran la prevención y tratamiento de las principales causas de ceguera, así como incrementar la formación de recursos humanos para lograr calidad y eficiencia.
La Organización Mundial de la Salud califica de vital importancia del programa, teniendo en cuenta que en el mundo hay más de 135 millones de impedidos visuales, 40 de ellos por causas prevenibles.
Pero la idea del líder histórico de la Revolución Cubana, también abarcaba a los cubanos, de ahí que indicó que a través del Instituto Cubano de Oftalmología (ICO) “Ramón Pando Ferrer”, se instalaran equipos de última generación desde Pinar del Rio hasta Guantánamo, incluyendo la isla de la Juventud.
La remodelación de las áreas, la creación de nuevas instituciones y centros oftalmológicos en toda la isla, la introducción de alta tecnología y la formación del personal han propiciado que los pacientes cubanos estén en condiciones de recibir asistencia médica del primer nivel.
De acuerdo con el especialista, también coordinador de la OM, el envejecimiento poblacional en la isla está aparejado con la aparición de los problemas en el sistema óptico, como las cataratas, una nubosidad (opacidad) en el cristalino del ojo que dificulta la visión.
No obstante, la Mayor de las Antillas cuenta con tecnología de punta procedente de países desarrollados como como Japón, China, Alemania, Italia y Francia, para sacar adelante el proyecto, cuyos precios se encarecen debido al bloqueo de los Estados Unidos contra la mayor de las Antillas, pues de comprarlos en nuestra área geográfica se abaratarían los precios, pero, por suerte, podemos adquirirlos.
El nombre de Milagro surgió de manera natural entre los pacientes beneficiados, que tras la operación y poder recuperar la vista, decían en nueve de cada diez casos: “esto es un milagro”, y rompían en llanto agradecido.
Sin importar raza, edad o situación social la Operación Milagro, nacida de la mano solidaria de Cuba y Venezuela, devuelve y preserva la visión a millones de personas que no pueden acceder por problemas monetarios a estas intervenciones; dejando además una profunda huella por su esencia humanista y solidaria.
